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Autoestima y apego, ¿qué relación existe?
Característica de un alta y baja autoestima
Autoestima y apego, ¿Qué relación existe?
El vínculo afectivo que se establece entre el recién nacido y su cuidador principal, ya sea la madre u otra persona, es conocido como apego. Este proceso no se limita al periodo de lactancia o al nacimiento, sino que es una experiencia continua que sirve de base para todas las relaciones emocionales en la vida. En los mamíferos, el apego existe en diferentes especies y es una fuerza que nos acompaña a lo largo de toda la vida, ya sea hacia progenitores, maestros o personas con las que hemos desarrollado una conexión duradera.
La teoría del apego, desarrollada por Bowlby entre los años 1969 y 1980, explica cómo las primeras experiencias y la relación con la primera figura vinculante afectan el desarrollo y la autoestima del niño. La relación entre el bebé y sus progenitores en los primeros años de vida es fundamental para un sano desarrollo emocional.
La calidad del apego determinará tanto el modelo mental del adulto, como sus relaciones con los demás, sus miedos o la gestión emocional que haga.
La teoría del apego sugiere que la calidad de las relaciones tempranas de apego que una persona tiene con sus cuidadores puede afectar su autoestima en la vida adulta. Si un niño experimenta un apego seguro, es más probable que desarrolle una autoestima positiva mientras que, si experimenta un apego inseguro, es más probable que desarrolle una autoestima negativa.
Por ejemplo, si un niño crece en un ambiente donde recibe amor, cuidado y atención constante de sus cuidadores, aprenderá a sentirse seguro y valioso. En contraste, si un niño crece en un ambiente donde sus cuidadores son distantes, críticos o negligentes, es más probable que desarrolle una autoestima baja, ya que no ha recibido la atención y el afecto necesarios para sentirse valorado.
Además, las personas con una autoestima positiva tienden a establecer relaciones interpersonales más saludables, basadas en el respeto, la confianza y el apoyo mutuo. Mientras que las personas con una autoestima baja pueden tener dificultades para establecer relaciones interpersonales saludables y satisfactorias, ya que tienden a tener problemas para confiar en los demás y para valorarse a sí mismos.
En resumen, el apego y la autoestima están estrechamente relacionados. La calidad de las relaciones tempranas de apego que una persona experimenta puede influir en su autoestima a lo largo de la vida, y una autoestima positiva puede ayudar a establecer relaciones interpersonales más saludables.
Características de una alta y una baja autoestima
Las personas que tienen una alta autoestima:
- Tienen la seguridad en sí mismas para interactuar y hablar con desconocidos o frente a un gran público
- Actitud positiva hacia la vida y las situaciones adversas
- Toman sus propias decisiones sin buscar la aprobación de los demás
- Se aceptan a sí mismas sin permitir que las opiniones externas las condicionen
- Menos susceptibles a la manipulación
- Más compasivas consigo mismas en situaciones de fracaso o error
- Empáticas al comprender los sentimientos y pensamientos de los demás
- Establecen objetivos y trabajan arduamente para alcanzarlos
- Tienen la fortaleza de expresar sus emociones y sentimientos sin vergüenza
- Saben poner límites y decir que no cuando lo consideran necesario.
Las personas que tienen una baja autoestima:
- Tienen timidez y dificultades para hablar con otras personas, especialmente en público.
- Tienden a tener una actitud negativa hacia la vida
- Condicionan sus decisiones basándose en lo que los demás piensan o esperan de ella.
- Tienen problemas para aceptarse a sí misma
- Son más susceptibles a la manipulación de los demás.
- Su personalidad puede ser más seria
- Tienen dificultades para adaptarse a las bromas y el humor.
- Pueden ser menos empáticas con los demás debido a su miedo, inseguridad y desconfianza.
- Se desaniman fácilmente ante los obstáculos
- Tienen miedo de expresar sus emociones y sentimientos.
¿Cómo empezar a aumentar mi autoestima?
- Haz una lista de tus fortalezas y habilidades: Tómate un tiempo para reflexionar y anotar todas las cosas que sabes que haces bien y que te hacen sentir orgulloso de ti mismo. Incluye habilidades sociales, logros académicos o laborales, talentos creativos, entre otros.
- Haz una lista de tus logros pasados: Haz una lista de los logros que has alcanzado en el pasado, tanto grandes como pequeños. Esto puede ser cualquier cosa, desde haber aprendido a cocinar una nueva receta hasta haber conseguido un ascenso en el trabajo.
- Visualiza tus metas futuras: Visualiza tus metas futuras y escribe en detalle cómo te sentirías al alcanzarlas. Imagina lo orgulloso que estarás de ti mismo y cómo eso te hará sentir más seguro y con una mayor autoestima.
- Refuerza tus pensamientos positivos: Identifica los pensamientos negativos que tengas sobre ti mismo y trata de reemplazarlos por pensamientos positivos. Por ejemplo, si te dices a ti mismo que no eres lo suficientemente bueno para algo, cámbialo por un pensamiento positivo como «puedo hacerlo si me esfuerzo y practico».
- Haz ejercicio regularmente: El ejercicio puede ayudarte a sentirte mejor contigo mismo y con tu cuerpo, lo que puede aumentar tu autoestima.
Recuerda que aumentar la autoestima es un proceso que lleva tiempo y esfuerzo, pero con perseverancia y práctica, puedes mejorarla significativamente. Es muy importante ponerse en manos de un profesional que pueda ayudarte con esto puesto que, normalmente la autoestima mejora cuando se trabaja la raíz del problema, es decir, la infancia y el apego recibido.
Libros recomendados para la autoestima
- Autoestima automática de Silvia Congost.
- Enamórate de ti de Walter Riso
- Los seis pilares de la autoestima de Nathaniel Branden
- Tus zonas erróneas de Wayne W. Dyer
Ana Sánchez Gutierrez
Psicóloga M-35977
Experta en infantojuvenil
Máster general sanitaria